La locura es la incapacidad de distinguir entre la fantasía y la realidad, o el seguir repitiendo una y otra vez lo que no da resultado.
Hace unas semanas atrás se citó en Granma, el periódico oficial del Partido Comunista de Cuba, a una profesora de una de las universidades en Michigan diciendo que “Cuba es un modelo de justicia social”. No mucho antes de eso otro profesor y un colega local me discutían que en Cuba hay democracia por que hay elecciones libres.
También hace poco, como a las decenas que he conocido a través de los años, conocí a unos cubanos que salieron de Cuba como lo han hecho miles antes de ellos—incluyendo a los que no llegaron—arriesgando sus vidas en alta mar dejando atrás sus seres más queridos. Entre ellos, un par de médicos que habían sido enviados a Venezuela y los cuales lograron escapar y pedir asilo en Colombia. Ante a la pregunta sobre si no les había dado miedo haber tomado ese paso respondían, "Nosotros estamos acostumbrados a vivir en el miedo desde que somos niños".
Me encuentro entonces con dos tipos de personas, unos que no viven en Cuba y dicen saber como es la realidad en esa isla, y otros que la han vivido y salen de ella por la realidad verdadera. Unos viven en la fantasía y otros son cuerdos.
Mientras en los Estados Unidos todavía hay quienes se creen el cuento de que la culpa de todos los males en Cuba es el llamado embargo, en Cuba comienza vedadamente a aceptarse que es el sistema el que ha fallado. En su discurso celebrando el 53 aniversario del asalto al cuartel Moncada el pasado 26 de julio, Raúl Castro ha admitido la necesidad de ajustes "estructurales" anunciando a su vez que se considere incrementar la inversión extranjera. A pesar de que advirtió que "no habrá soluciones espectaculares" tendrá que ocurrir "cambios estructurales y de conceptos".
Sin embargo, al igual que su hermano en un editorial en Granma hace semanas atrás, echa la culpa no a la forma caprichosa en que el líder ha lidiado con la economía cubana desde un principio sino a “manifestaciones de indisciplina social y tolerancia” por parte del pueblo cubano. “los bajos salarios” de cumplir su papel de asegurar el principio socialista de que cada cual aporte según su capacidad y reciba según su trabajo".
Pero los cubanos, que al llegar a los EU han demostrado una y otra vez lo industrioso y emprendedores que son, no se comen el cuento. Los que no son cubanos le echan la culpa a los EU por la realidad cubana, pero los propios dictadores cubanos comienzan a echarse la culpa unos a otros o le echan la culpa al pueblo mismo.
A pesar de que de acuerdo a los fantasiosos en Cuba hay libertad de elecciones, aunque sea para elegir a nadie, lo que no se puede negar es que no hay libertad de prensa.
De acuerdo al Articulo 53 de la “Constitución” de Cuba “Se reconoce a los ciudadanos libertad de palabra y prensa conforme a los fines de la sociedad socialista. Las condiciones materiales para su ejercicio están dadas por el hecho de que la prensa, la radio, la televisión, el cine y otros medios de difusión masiva son de propiedad estatal o social y no pueden ser objeto, en ningún caso, de propiedad privada, lo que asegura su uso al servicio exclusivo del pueblo trabajador y del interés de la sociedad. La ley regula el ejercicio de estas libertades.”
Ser dueño de una prensa es precisamente lo que es la libertad de prensa. La libertad de prensa no existe sin el derecho a la propiedad privada. Ni existirían ni este ni ninguno de nuestros periódicos hispanos.
Pero la revolución cubana pertenece a todos los cubanos y no solo a una elite. Cuba no es la hacienda privada de los Castro y no necesita “negociaciones” unilaterales ni neo-Plattistas. En esto tiene mucha razón la administración Bush. Si los Castro quieren una puerta abierta al diálogo con los Estados Unidos la primera conversación que tiene que haber es una libre y abierta entre los cubanos. Para eso tiene que haber libertad de palabra y una prensa libre. Con solo una prensa del estado esto no es posible.
Pero tal vez el médico que abrió su propia puerta hacia el exilio lo dijo en mejores palabras, "La libertad es lo mas preciado. Es el medio donde [todo] crece, donde [todo] germina, donde todo fructifica." Los cuerdos salieron del asilo y los locos que lo manejan quedaron atrás en la historia.
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