Tuesday, November 18, 2008

COSAS DE POCA PATRIA

Ustedes saben que me importa poco la política partidista de PR. Pero esto si que es actuar de mala fe y querer envenenar las aguas. El saliente, y acusado de corrupción, Gobernador de Puerto Rico Sr. Aníbal Acevedo Vilá ha escrito una carta a todos los miembros del Congreso de los Estados Unidos advirtiéndoles de manera preventiva que su derrota electoral "no representa un voto a favor de que Puerto Rico se convierta en el estado 51 de la Unión”.

Imagínense a Bush escribiendo una carta a los G-7 o al gobierno de Irak diciéndoles "no se crean que el pueblo americano votó por un cambio, no le hagan caso a nada que Obama tenga que decir". Con este pataleo el gobernador Acevedo Vilá ha demostrado su falta de respeto y poca clase al pueblo elector y al proceso democrático puertorriqueño.

Dice que, “la discusión del estatus político de Puerto Rico estuvo ausente en la campaña”. ¿Pero quien fue quien declaró que estas elecciones eran una defensa de la "soberanía"? ¿Quien fue quien "se echó al bolsillo" la asamblea general de su partido de manera Leninista y se declaró "soberanista"?

Por supuesto que esto no fue un referéndum sobre el status, y cierto que “la estadidad nunca ha ganado en ningún plebiscito o referéndum de estatus”. Nadie ha dicho lo contrario. Pero es innegable que la ascendencia “a favor de” y “en defensa de” una unión permanente con los Estados Unidos ha quedado demostrada desde los últimos cuarenta años.

En la carta el gobernador también menciona otra enviada al Presidente Electo Obama reiterando su compromiso con “un proceso de autodeterminación para la isla por medio de una asamblea constitucional de estatus o un plebiscito.” ¿Bajo que autoridad una persona que ya ni ocupa la presidencia de su partido hace tal compromiso?

Mientras tanto, bajo la gobernación de este gran defensor de la "soberanía" de Puerto Rico, el patrimonio histórico puertorriqueño corre el riego de perderse mientras se pudre por falta de mantenimiento del Archivo General de Puerto Rico.

Con el contenido y envío de esta carta, junto con la manera de su actuar político de intromisión directa en el proceso de transición del nuevo gobierno, el Gobernador Acevedo Vilá se parece cada vez más a Daniel Ortega, a Fidel y a Chávez con sus ínfulas de dictadorzuelo. Como dicen en Castilla la Vieja, "good riddance" ("el que se va no hace falta"). Pero lo que mete miedo es, ¿y si se hubiera quedado?

Ya esto se parece a las películas de monstruos donde a pesar de que los matan una y otra vez vuelven a revivir. Con su discurso seudo-separatista y su conducta pública quien más le metió miedo al pueblo fue usted Sr. Gobernador. Su actual conducta solo confirma que el pueblo tenía razón en confiar en sus propios instintos al rechazar a un hombre que desde el comienzo de su administración amenazó con gobernar por decreto.

Wednesday, November 05, 2008

“Cambio” y “Esperanza”

Un 51 por ciento del electorado estadounidense ha decidido elegir a presidente de su nación a un desconocido con menos de dos años de servicio como senador. Una campaña totalmente romantizada por una prensa superficial acostumbrada a ver hasta a los políticos como estrellas y celebridades de Hollywood le sirvió enormemente de escudo y escudero.

Pero ahí está, como quiera que sea. Historia. El primer presidente negro, o mejor dicho mulato, en el país cuyos fundadores fueron esclavistas. Las preguntas que no hizo la prensa durante las primarias ni durante la campaña presidencial quedan todavía por hacerse y escudriñarse junto a las nuevas que ya comenzarán.

Lo que si es claro es que ha habido más de un cambio y muchas cosas han sucedido. Al parecer muchos de los llamados Demócratas de Reagan regresaron a casa, la base del Partido Republicano se ha quedado sin liderato, los jóvenes que votaron por primera vez puede que hayan escogido a su ídolo con la profundidad y a la manera de “objetivo fama”, muchos blancos no podían dejar pasar la oportunidad de expiar sus complejos de culpa raciales, casi todos los negros votaron como Demócratas tradicionales pero también basados solamente sobre la raza, y los dos partidos políticos principales han quedado en aturdidos en la perplejidad.

¿Qué les pasó a los Demócratas? Entre otras cosas le llegó el respiro final al “clintonismo” y con ello el fin al sueño de Hillary Clinton de llegar a ser presidente (a no ser que los cuatro años de Obama sean un desastre total). El “clintonismo” era casi como un desorden afectivo atacando al sistema nervioso del Partido Demócrata. Nadie dentro del partido ni en la prensa aliada se atrevía ir contra los Clinton. Obama eliminó ese miedo y poco a poco los leales clintonistas comenzaron a desertar.

El clintonismo, reemplazo del “Kennedyismo” a su vez reemplazado por el “Carterismo”, fue una maquinaria que quedó rezagada cuando Obama edificó su campaña no desde dentro del partido sino desde afuera con la ayuda del Internet y pequeñas donaciones pero también con gran ayuda financiera de Wall Street.

¿Que la paso a los Republicanos? Allí ha colapsado el populismo. Un sector conservador de clase media y trabajadora se quedó sin liderato. No surgió un Reagan entre ellos. Nadie los inspiró a ver la necesidad ni la justificación a sus sacrificios políticos ni económicos cuando ninguno de los dos partidos pero en especial el Republicano no resolvió el problema de la inmigración ilegal y la fuga de empleos al exterior. No vieron muchas diferencias entre sus sinsabores y los de sus conciudadanos del otro partido.

El populismo inspirado por Reagan, para bien o para mal, con su sentido de propósito nacional y mundial quedó desinflado cuando los legisladores y la presidencia del Partido Republicano no podían distinguirse mucho aparte de los Demócratas en asuntos del gasto público y la falta de defensa de las fronteras del país. McCain con su reputación de acomodaticio a los Demócratas no pudo convencer a muchos de representar un cambio de Bush, y mucho menos inspirarlos.

Pero tal y como descubrió el Cardenal Ratzinger que una cosa era regir como guardián ideológico de un feudo de la Iglesia y otra regir como pastor general de todo el rebaño, del mismo modo Obama y sus electores descubrirán que una cosa es la retórica de campaña y otra el maniobrar entre tantos que ahora vendrán a cobrar deudas políticas.

El Senador Obama ha sido electo por su raza y a pesar de su raza. Lo que debemos esperar todos los ciudadanos es que su menester sea juzgado, como recomendaría el Rev. Martin Luther King, no por el color de su piel sino por el contenido de su carácter.

Lo que les espera definitivamente a quienes eligieron a Obama será cambio. Por ahora solo queda la esperanza de que sea el que ellos esperan.


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Sunday, September 14, 2008

¿Que le ha pasado a Obama y al Partido Demócrata?

En realidad nunca ha habido un partido socialista ni de la “clase trabajadora” de envergadura en los Estados Unidos. Lo más cercano a un partido social-demócrata lo ha sido el Partido Demócrata. Por generaciones este partido ha representado una casa de refugio político para las clases trabajadoras, de la clase media y los inmigrantes. Entre los inmigrantes encontraron refugio también aquellos de países católicos, quienes por su condición de inmigrantes eran también pobres, de clase trabajadora, y eventualmente de clase media. ¿Pero que le ha pasado al partido que produjo a un presidente católico, hijo de inmigrantes irlandeses?

Como promulgador de la movilidad social el Partido Demócrata es ahora victima de su propio éxito. Según la población de minorías, inmigrantes, obreros y sus hijos ascendieron socialmente a través de legislaciones pro derechos civiles, “acción afirmativa” en el empleo y la educación, las causas—su razón de ser—del Partido Demócrata comenzaron a cambiar.

Negros y blancos comenzaron a tener un campo de juego mas nivelado (como dicen “a leveled playing field”) en la competencia social. Con más tiempo disponible en sus manos sus intereses comenzaron a diversificarse a la par con sus ascendencias sociales. Se añadieron otras causas, el ambientalismo, los derechos de los homosexuales, el feminismo.

Hoy día esas causas transcienden la exclusividad de un solo partido. Ahora al Partido Demócrata le quedan solo los “slogans” y la memoria institucional de esas luchas. Vestido de un lenguaje de izquierda su discurso político hoy no pasa del infantilismo y la superficialidad y un corre y corre entre teorías conspiratorias a medio cocinar.

La misma movilidad social que permite ahora a los descendientes de inmigrantes escoger entre educación pública o privada para sus hijos, es la misma movilidad que ahora permite, sin remordimientos ideológicos, la movilidad entre partidos y el variado menú político.
Entonces, ¿que le pasa a Obama y al Partido Demócrata, que aún con la situación económica a su favor no solo no pueden superar a McCain en las encuestas, sino hasta han quedado atrás en algunas?

Primero que nada redujeron el atractivo de Obama a un simbolismo de cambio, basado en una justicia social racial todavía por redimir. Pero por virtud y éxito de su propia nominación el racismo no es ya un tema crucial. Por otra parte, al escoger a un veterano como Biden, representante del mismo viejo sistema de la política en Washington que Obama hace campaña para cambiar, Obama ha cancelado subliminalmente su tema del cambio.

Como hemos mencionado anteriormente en estas páginas, Obama si representa un cambio. Pero el no es el único. La gobernadora Palin representa cambio también, y al menos subliminalmente un cambio sobre Biden, un cambio en el Partido Republicano y un cambio sobre la manera en que el Partido Demócrata trató a su primera mujer candidata a la presidencia. La palabra “cambio” se quedó en slogan en la campaña de Obama, pero se convirtió en realidad práctica en la de McCain.

Para una inmensa parte del electorado, incluyendo a los llamados “Demócratas de Reagan” (aquella demografía de minorías, inmigrantes, obreros, etc.), el Partido Demócrata es hoy día regido por una condescendiente elite de Harvard y del establecimiento mediático de Manhattan y Washington, los cuales los consideran, en palabras del mismo Sen. Obama como “amargados aferrándose a sus armas o a la religión”. Es una clase dirigente de un partido donde existe la diversidad de apariencias, de sexo, de raza y de etnias, pero donde rige la homogeneidad de pensamiento.

Para esa inmensa parte del electorado, el Partido Republicano es hoy día más democrático en su diversidad de opiniones, como es de juzgar por las discrepancias mismas entre Palin y McCain en temas como el calentamiento global, el aborto y otros. En el Partido Demócrata, estos temas son dogmas, que en palabras de Al Gore, “no están abiertos a la discusión”.

Otras cosas han cambiado. Con el asentamiento y reducción de la agenda feminista a una del derecho al aborto y a la igualdad de puestos con los hombres, también ha quedado establecido en la práctica que la mujer, en cuanto a lo social se refiere, lo puede todo. Que una mujer puede llegar a postularse para presidente y llegar a esa meta ha quedado establecido.

Pero a una nueva generación de mujeres jóvenes, criada intelectualmente en los estudios feministas (“gender studies”) le ha tocado vivir no las teorías sobre el patriarcado y el deconstruccionismo y sus agendas de los 60 a largo plazo, sino las realidades prácticas y las opciones existenciales, muy humanas, entre relaciones, familia y trabajo.

A esa generación le ha tocado vivir entre el feminismo retórico de Hillary y el feminismo práctico de Palin. Mientras las primeras feministas fundaron vidas sobre sus carreras, militancias y protestas, las segundas han fundado carreras sobre sus vidas de estudio y trabajo, relaciones y la crianza de niños. Mientras lo criticaban, las primeras feministas se unieron al sistema, casándose con hombres poderosos, desde abogados y políticos y hasta un presidente de la nación, las segundas, de clase trabajadoras y media, se casaron con “Joe Six-pack” (Juan del pueblo) hombres que se quedaron en casa con los niños, y en general hombres trabajadores.

Mientras las primeras feministas predicaron que había que poner la carrera sobre los hijos y los hombres, las segundas feministas lograron tener carreras, hijos y maridos.

La Palin ha demostrado desde sus puestos como miembro de un consejo de padres y maestros, la alcaldía y hasta la gobernación, que la mujer lo puede todo, hasta tener un bebe con síndrome de Down sin tener que abortarlo por una carrera profesional. En realidad, las primeras feministas aparecen como no querer que las mujeres lo tengan todo. Una mujer que puede lograrlo todo sin la dependencia ideológica, ni soluciones de gobiernos centralistas, es una amenaza para las otras feministas que han hecho carreras públicas de la "victimación" de la mujer, y como mediadoras de la definición de lo que es una feminista verdadera.

Dentro del primer feminismo, en especial en los mundos de la academia y la política los hombres aprendieron a feminizarse, aceptando cada vez más las demandas de las feministas, condescendiendo por aquí, no atreviéndose a decir nada por allá. Los hombres del segundo feminismo aprendieron por necesidad a entenderse con mujeres fuertes que no dejaron de ser mujeres, ni en el hogar, ni en el trabajo.

Del mismo modo en que Obama debía quedar protegido sobre cualquier ataque porque cualquier ataque sería considerado como racista, Hillary debía haber quedado protegida sobre cualquier ataque porque cualquier ataque contra ella sería considerado sexismo. Sin embargo, no fue protegida. Pero mientras Hillary tuvo que recurrir al llanto para obtener simpatías y votos, Palin solo ha tenido que dejar a la prensa pro Obama demostrar su campaña contra ella. Palin no ha sido protegida por su sexo, al contrario, ella es atacada por ser mujer, por ser mujer no del molde de la mediática de las primeras feministas. Ella no es la mujer de su ideal. Pero a la mujer de su ideal, Hillary, a esa mujer fue la que el Partido Demócrata echó a un lado.

La agria lucha entre Hillary y Obama ha dejado al desnudo la gran división y transformación dentro del Partido Demócrata. Ahora hay pánico y arrepentimiento entre muchos que apoyaron a Obama, y piensan que la boleta invencible hubiera sido Clinton-Obama. Ello hubiera cumplido dos metas históricas: la primera mujer presidente, y el primer vicepresidente negro. Cancelando a un lado a McCain la lucha hubiera sido en realidad entre Hillary y Palin y entre dos versiones de feminismo. Obama hubiera aumentado su perfil internacional y experiencia en política extranjera como vicepresidente, y aún joven al fin de cuatro u ocho años podría postularse para presidente.

Ahora, mientras el esposo de Palin aparece como un hombre seguro de si mismo, apoyando a su esposa, Obama aparece como un hombre inseguro, condescendiente y minúsculo. El Sr. Palin aparece como un hombre fuerte, que sabe que su mujer se puede defender por ella misma. Obama aparece como un metrosexual, comprometido con el miedo a ofender, excepto para comparar a una mujer independiente con un cerdo. Es en medio de todo esto que Obama ha perdido terreno y al Partido Demócrata le ha salido el tiro por la culata. Mientras se supone que Obama está corriendo contra McCain, en realidad está corriendo contra Palin.

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Wednesday, July 30, 2008

PUERTO RICO, “WELFARE USA”, SU NUEVA FAMILIA EXTENDIDA

Puerto Rico es un lugar donde los estereotipos de una sociedad de “asistencia social” o mejor dicho, “dependencia social” (“welfare”) son comunes y se pueden ver a diario en público. Es muy común ver a una joven con un pequeño cortejo de niños detrás y en las filas de pago en los supermercados verlos apertrechados de alimentos de poco valor nutritivo.
Es común también ver a un empleado público trabajando en una zanja solo, mientras hay tres o cuatro “supervisores” o compañeros tomando café o hablando por móviles justo a su lado. No es poco común ver en barrios conocidos como pobres, como el caso de La Perla, techos con platos de televisión por satélite y carros nuevos. Instituciones de gobierno y museos cerrados, cuando en las guías turísticas dicen estar abiertos, es también común. El sentido de servicio al cliente en esas instituciones y aún en los mejores hoteles, es un sentido de servicio a la inversa. O sea, el empleado no está al servicio del consumidor del servicio ofrecido sino que el servicio está al servicio del empleado. En otras palabras, el consumidor del servicio no es la meta sino un medio, una molestia que hay que aguantar para aguantar el empleo.

El sistema de asistencia social se completa en un ciclo de elecciones, gobierno, uniones, y dependencia económica con el sistema federal de los Estados Unidos, mejor dicho, dependencia de los contribuyentes norteamericanos.

Ese sistema hace posible que los que pueden tener mas hijos no los tienen y los que no los pueden tener los tienen a cuenta de los que pueden. Aunque usted planifique su familia, usted termina pagando por la crianza de hijos que no son suyos. El ciudadano responsable termina con una familia que conoce y una familia extendida que no conoce pero apoya económicamente.

Ese sistema es un círculo vicioso sin aparente fin y sin lógica, excepto el de la auto-preservación del mismo lo que lleva a la irracional impresión de que un tercio de la población empleada trabaja en gobierno, un tercio son retirados del gobierno y el tercio restante vive de los dos primeros. En realidad, la porción que trabaja y vive pagando impuestos para sostener a este sistema en la isla va decreciendo a la vez que la empleomanía en el sector privado disminuye con el incremento en el cierre y vuelo de grandes empresas.

El tejido social sufre cuando gran parte de sus ciudadanos se crían bajo un sistema de valores donde creen que les corresponde por igual lo que otros obtienen por esfuerzo propio. Nuevas generaciones criadas bajo ese sistema, en parte por ciclos de mala nutrición, pobre educación y propias expectativas, quedan rezagados en la dependencia.

Ese sistema provoca un sentido de inseguridad social general, de crímenes violentos, falta de civismo, falta de cuidado de la propiedad y espacios públicos, basura por todas partes, el vuelo de cerebros y talentos, empleo y la ineficiencia en el gobierno basado en puestos repartidos de acuerdo a la política y no los talentos, la dejadez y la desidia.

Recientemente, mientras el archivo histórico permanecía cerrado por falta de mantenimiento en el aire acondicionado, el gran debate en la radio fue la “debacle” de no haber ganado “Miss Universo”. Excepciones notables al descuido gubernamental del patrimonio cultural son esfuerzos ciudadanos privados como el del Fideicomiso de Conservación de Puerto Rico y el del grupo de recreación histórica del Regimiento Fijo de Puerto Rico.

¿El futuro? En recientes visitas a Puerto Rico los candidatos Clinton y Obama ofrecieron a los puertorriqueños más dadivas y los políticos locales quienes se han convertido en la clase dominante y viven administrando ese sistema se regocijan. ¿El gobierno? En bancarrota.

El pueblo de Puerto Rico es un pueblo fuerte, trabajador, resistente, diverso, sus graduados y profesionales y sus talentos son bien cotizados. Su estirpe ha sintetizado lo mejor de tres razas y cuatro culturas. Pero quien quiera ver lo que un estado de “welfare” le hace a un pueblo debe estudiar a “Puerto Rico Welfare USA”, y a su nueva familia extendida.

Tuesday, May 27, 2008

Las gallinas retornan a su gallinero


Reflexión y Análisis

Cuando Barack Obama estuvo aquí en Grand Rapids, Michigan, noté dos cosas. Una sobre la multitud que acudió a escucharlo y otra sobre como la campaña de Obama aprovechó la ocasión para robarle la ventaja a Clinton de sus recientes victorias con el anunció del endoso del ex-candidato a la vicepresidencia John Edwards.

Sobre la multitud dos cosas resaltaban a su vez y una fue que era difícil distinguir entre cuantos eran ya seguidores convencidos y cuantos eran sencillamente curiosos o personas que solo querían estar presentes en un evento histórico. Algunos decían haber ya decido votar por Obama, mientras que otros admitían estar allí para ellos y sus hijos ver a un personaje histórico. En ambos grupos algo había causado resonancia política.

Pero con toda esta atención y encanto de la prensa norteamericana a favor de Obama, ¿por qué no ha podido este candidato arrasar y consolidar su candidatura? O como dicen en estos mares, ¿por qué no ha podido cerrar la venta y sellar el contrato? La contienda sigue reñida entre los dos pretendientes del Partido Demócrata y la pugna ha expuesto al desnudo fisuras sociales no solo de tipos políticos sino también generacionales.

Varias cosas han sucedido en la campaña de Obama desde aquellos eufóricos días del triunfo en Iowa. Aparte de su apoyo y atractivo entre los jóvenes, la mayoría de los cuales no tienen conocimiento o ni remota memoria histórica de la década de los sesenta, entre los electores de clase media blanca muchos ahora titubean sobre su apoyo. El descubrimiento de su asociación de veinte años con el pastor radical Wright, cuyas escandalosas declaraciones representan rezagos de amargura, hasta de tono racial, contra la mayoría blanca ha tenido un impacto sobre su campaña. Obama, fiel a su amigo, no se desasoció a tiempo de esas declaraciones sino tal vez muy tarde tras el reverendo hacer declaraciones aún peores tratando de explicar la que ya había dicho. Entre ellas, que los eventos del 11/9 representaban “las gallinas retornando a su gallinero” y que “Dios maldiga a América.”

Pero ello no ha sido eso el único factor que ha frenado el entusiasmo hacia Obama. Sus propias declaraciones en cuanto a como manejaría las relaciones exteriores de los EEUU han resaltado la acusación del campo Clinton sobre la inexperiencia e ingenuidad de Obama. Su propuesta de diplomacia de “contacto directo” con los líderes de Cuba, Venezuela e Irán, sin precondiciones, ha sido vista no solo como ingenua sino también como ilusoria y hasta peligrosa.

Sobre estos ha dicho, “Irán, Cuba, Venezuela, estos países son minúsculos comparados con la Unión Soviética. No presentan una amenaza seria contra nosotros del modo que la Unión Soviética nos presentaba.” Pero si el tamaño y la economía de un país fueran el único determinante a considerar para medir su potencial peligroso entonces Afganistán bajo el Talibán no debía haber sido considerado como amenazante. Pero el electorado recuerda el papel de Afganistán en los ataques del 11 de septiembre.

Del mismo modo Obama nos recuerda, como ejemplo de su “diplomacia directa”, que “Kennedy habló con Kruschev, Reagan con Gorbachev y Nixon con Mao”. Pero la historia recuerda que el encuentro de Kennedy con Kruschev fue un desastre para Kennedy en el cual Kruschev lo consideró como joven inexperto y lo cual llevó a la crisis del Muro del Berlín y a la “crisis de los misiles de octubre.” Y los encuentros entre Reagan y Gorbachev y Nixon y Mao estuvieron precedidos de largos periodos de preparación y no por “diplomacia directa”.

La campaña de Clinton ha tomado ventaja de todo esto. Pero también cabe preguntar porque la Clinton no ha podido consolidar lo que se esperaba hubiera sido una virtual coronación. Intentémoslo.

Cuando los partidos políticos descubrieron las técnicas de mercadeo de triangulación descubrieron como halar por los pelos y manipular a los electores presentando a sus partidos y sus posturas políticas como un producto más en el mercado de consumo. Los expertos de esa técnica en la política fueron los Clinton.

Irónicamente, el antiguo presidente Clinton quien fuera una vez el encanto generacional de la prensa norteamericana sabiéndola manipular a su favor, ahora se queja de la misma: “Creo que casi toda la gente de la prensa se encuentra en la demografía de Obama...Hay veces que he pensado que me he encontrado literalmente perdido dentro de una casa de diversiones.” La brecha generacional que benefició a ese candidato de los jóvenes de la era de Vietnam ahora no le sirve a su esposa.

Del mismo modo McCain, el veterano héroe de Vietnam, representa un tema generacional del cual los jóvenes conocen poco o quieren olvidar como irrelevante y divisorio.

En general, la gente se ha cansado de los extremos y no es solo un fenómeno norteamericano sino donde quiera que se haya practicado la política de consumo. No es que la gente busque el centro por el centro mismo, sino que la gente sabe, por observar la historia reciente que en los extremos solo hay parte de la verdad o parte de la solución. Y prefieren, aunque sean vaciedades, los “slogans” como “cambio” y “esperanza”, productos de una locuacidad que ha encontrado su tiempo, a más de lo mismo de los partidos y políticos de siempre.

Del mismo modo que se componen campañas comerciales de varias partes del cuerpo social, se componen y fabrican candidatos y programas de partido al modo que el Dr. Frankenstein construyó a un ser monstruoso de varias partes de distintos cadáveres. A veces esas criaturas regresan a devorar a su creador. Ahora parece que, como dijera el reverendo Wright, “las gallinas han vuelto a su gallinero.”


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Thursday, April 03, 2008

El DESHIELO DE LA GRAN CULPA

El mundo académico se mueve a la velocidad de un glaciar. Es una cultura dentro de una cultura, y más que a menudo una cultura la cual examina a otras culturas y raramente, si acaso, se examina a si misma. Es una cultura con todos los elementos de una cultura y es a veces una cultura muy conservadora aún cuando codificada en lenguaje de terminología progresista. Tiene su propio código de palabras que no se deben usar y aquellas que si se deben usar en su lugar. Y es hasta de modas pasajeras y a veces provincial.

Al igual que las culturas, se mueve lentamente, pero cuando se mueve, se mueve. Y deja huellas las cuales entonces solamente pueden ser borradas por nuevas huellas, cuando el próximo periodo glaciar de reflexión intelectual pasa rodando. Al asistir a un reciente, y excelente, “Simposio sobre América Latina” de dos días, en Grand Valley State University bajo el tema de la “marginalización y la exclusión”, detectamos lo que aparenta ser un movimiento hacia uno de esos periodos axiales en los estudios latinoamericanos (LAS, Latin American Studies). Ahora está en manos de nosotros, quienes seguimos esos asuntos cercanamente, traducir el necesario lenguaje de la investigación para el ciudadano preocupado.

Una de las dinámicas observables en esa cultura es la diferencia en preocupaciones y acercamientos entre los estudiosos nuevos y los establecidos. Entre los asistentes de la generación establecida de especialistas latinoamericanos parecía haber una mezcla de alivio y tristeza de que las expectativas para América Latina, que partían de una identificación política académica con ciertos movimientos en la región desde los 70 y 80, no han llegado a ser realidad. Parece que el deshielo de la Guerra Fría es finalmente aceptado.

Al mismo tiempo es un poco asustadizo el ver a jóvenes y ascendientes estudiosos repetir terminología y maneras en el habla de la vieja generación, como sin pensarlo, tanto porque se les ha inculcado o porque temen que no se mueva hacia adelante su solicitud a estudios doctorales o su disertación a menos que así lo hagan.

Existieron también algunos sentimientos de perplejidad ante las opciones políticas de las poblaciones indígenas, quienes parecen rechazar la retórica totalitarista de los movimientos inspirados por un marxismo radical, en preferencia por más participación en el proceso democrático.

Sacamos a relucir el tema del silencio en la academia, de casi cincuenta años, de las violaciones de derechos humanos, la usurpación de una revolución, y de la marginación social y política de una población “racializada” en Cuba. Un académico respondió que finalmente hay ya un reconocimiento del fallo sobre los derechos humanos en Cuba. ¡Solo tomó 49 años! Aún así, esto permanecerá como una mancha en la conciencia de la academia. Según todavía nos preguntamos como fue posible que el mundo haya mirado hacia otro lado durante el tratamiento de los judíos en Alemania, futuras generaciones, especialmente en Cuba, preguntaran como fue posible que fallamos en reconocer su opresión.

Sin embargo, quienes escriben y analizan planificaciones políticas, consejeros, especialistas en ética, y comentaristas dependemos del lento, cuidadoso, y a veces pesadas y onerosas tareas del serio trabajo académico científico. Necesitamos depender de la honestidad intelectual que busca discernimientos “objetivos” y “desinteresados” de la realidad. Alguna gente piensa que tal vez esto sea pedir mucho, yo no lo creo.

Información muy rica fue compartida en ese muy útil simposio sobre cambios en América Latina, sobre los cuales esperamos seguir reflexionando en siguientes artículos. Entre ellos es el hecho de una apertura de nuevos espacios políticos, especialmente para los pueblos indígenas, los cuales parecen estar en expansión y están siendo más inclusivos.

Y uno de los cambios traídos por el deshielo de “la gran culpa”—los E.U. como la causa de todos los lamentos de Cuba y América Latina—es la realización de que los problemas de América Latina fueron y son, después de todo, problemas latinoamericanos.

Tal vez estamos siendo testigos de un movimiento hacia el estudio que observa las grandes divisiones en una escala más humana, una que va más allá de los limitados espacios de la ideología y más en escala con las necesidades humanas. Tal vez estamos comenzando a ver la apertura de espacios de inclusión en los estudios latinoamericanos, con una erudición que busca entender la naturaleza del sujeto bajo estudio desde su punto de vista y no desde el punto de vista de nuestras propias y exportadas dinámicas políticas.


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Wednesday, February 27, 2008

Castro II y las camisetas mediáticas

Las palabras más ciertas que jamás se hayan dicho sobre y desde la "revolución" cubana fueron las dichas por Raúl Castro durante su coronación como Castro II, “Fidel es Fidel”. Tampoco hay mejor frase que la de esta tautología anti-dialéctica como para expresar el intricado acertijo atribuido a los franceses que dice "mientras más cambian las cosas más se quedan igual".

A pesar de que en un memo interno a sus reporteros la CNN les urge a reportar que Fidel “si trajo integración racial a cuba” la verdad es que “la revolución” no acabó con el racismo en Cuba sino que lo ha transmutado.

De hecho, el tejido social de donde hoy proviene la crítica social y política, revolucionaria y socialista en Cuba no proviene de los blancos y su continuidad político-racial, sino de la marginada población afro-cubana. Los mismos a los que no se les permiten entrar a los hoteles ni playas para los blancos europeos. De hecho, gran parte de los presos políticos son negros o mulatos.

Quienes mas críticos deben ser de este anacronismo en Cuba debe ser la izquierda americana. Desafortunadamente, y parafraseando a la fallecida y picaresca Gob. Ann Richards, muchos “no pueden evitarlo, nacieron con un pie antiamericano en la boca”. Pero el antiamericanismo de algunos americanos no es lo mismo que la realidad cubana, no importa como Michael Moore se la imagine.

Se entiende lo difícil que resulta darse cuenta que uno ha sido engañado, en especial cuando es un auto-engaño. Por eso se entiende la pena de algunos en la izquierda mundial en enfrentar la verdad. Pero el cambio en Cuba no es cuestión, contrario a lo que diga Frei Betto, de si el capitalismo va o no a regresar a Cuba. El capitalismo ha estado operando en Cuba hace tiempo. Lo que sucede es que es un capitalismo de estado militar que no está abierto al pueblo y que es de propiedad y operado por una elite de militares ricos.

No es que uno quiera un capitalismo bruto e inhumano para Cuba. Solo sería bueno que los capitalistas militares que hoy manejan a Cuba acepten que son capitalistas y democraticen ese capitalismo para el resto de los cubanos. Pues, al igual que en el resto de América Latina, el fracaso de la economía en Cuba no es por el llamado neo-liberalismo, sino por la centralización del capital y la falta de capitalismo democrático y popular.

La otra cosa que se ha dicho en Cuba, y que califica como una de las grandes idioteces dignas del “Manual del Perfecto Idiota Latinoamericano”, es la cita en grandes letras que aparecieron en Granma con el cierre de la Asamblea Nacional o confirmación de la sucesión: “Los pueblos de América son más libres y prósperos a medida que más se apartan de los Estados Unidos”. ¿Será esa la razón por la cual piden el fin del embargo? ¿Para alejarse más de los Estados Unidos?

La sucesión y la forma en que ha colapsado la revolución en una dictadura militar con capitalismo de estado para unos pocos, prueban que en Cuba nunca hubo una revolución sino usurpación. En realidad fue siempre una dictadura personal y caudillista.

La enajenación comunista

Hace pocos meses atrás el resto del mundo celebraba el Día Internacional de los Derechos Humanos, y el canciller de Cuba Pérez Roque anunciaba al mundo que Cuba finalmente firmaría acuerdos internacionales sobre derechos humanos, con algunas excepciones por supuesto. Al mismo tiempo una turba gubernamental atacaba a 12 manifestantes pacíficos pro los derechos humanos. ¿Qué les gritaba la turba? “¡Abajo los derechos humanos!”

Las camisetas mediáticas

Como dijera un comentarista, el poder en Cuba se ha convertido en una especie de “Buena Vista Social Club” para la clase "socialista" gobernante, una especie de imaginario nostálgico y exótico para académicos norteamericanos y el último refugio para los rezagados en las cunetas de la historia. Y mientras aquel grupo musical nos recuerda las deliciosas raíces de la Salsa, la rumba y la guaracha cubana, hoy día es el Hip-Hop salseado en Cuba el interlocutor rebelde de la sociedad joven. Hoy esa juventud que ha sido excluida de la estructura de poder y hasta reprendida por sugerir cualquier posibilidad de cambio es quien reta la dogmática ideológica.

Recientemente un grupo de jóvenes, utilizados como vitrina de apertura cuestionó fuertemente a Ricardo Alarcón, entre otras cosas, por que los cubanos no pueden viajar libremente al extranjero. Uno de los jóvenes vestía una camiseta con el signo “@”, una inteligente protesta contra el control de la Internet por la seguridad del estado. De alguna manera el video de ese encuentro le dio la vuelta al mundo causando gran vergüenza al régimen por la manera paternalista con que Alarcón contestaba.

El joven luego fue “invitado” a aparecer ante los medios, para “explicar” que no estaba criticando negativamente a la revolución y para negar el significado mediático de la camiseta. Si ese joven es típico de la juventud universitaria cubana, el futuro de Cuba es brillante. ¿Qué hizo el joven para asentir a la demanda del gobierno? Afirmó que su crítica no era contra la revolución sino a favor, para mejorarla. Para estos jóvenes las palabras “revolución” y “socialismo” quieren decir otra cosa. Apareció al programa vistiendo otra camiseta. No, no era una camiseta con el semblante del “Che”, ni Fidel, ni ningún símbolo del régimen. Era el rostro de Martí.

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Monday, January 07, 2008

¿UN CENTRO RADICAL?

¿Está usted cansado de las riñas extremas? ¿Está usted cansado de ver el tiempo y recursos del pueblo americano—su tiempo y recursos—desperdiciados en amargos e ineficientes “nadas”? Bueno, usted no está solo. Parece que una porción de buena parte del pueblo americano en el medio se siente de igual manera.

A juzgar por el estado de las finales hacia las primarias parece que el electorado americano mira hacia un candidato que esté prestando atención al centro.

Los candidatos que parecen llamar a un cambio de las misivas programáticas y las agendas predeterminadas de grupos de presión están en mejor posición en las encuestas que aquellos que son percibidos como extremistas.

Esto no quiere decir que el pueblo americano espere que sus políticos no tengan principios y creencias. Pero en sus vidas diarias el pueblo sabe que muchos problemas no requieren una batalla campal para resolverlos.

Por otra parte, algunos americanos como Paul Krugman, el columnista tragafuegos del New York Times, piensan diferente y en la actualidad llaman a más partidismo (NY Times 26/12/07). El cree que la razón por la aprobación más baja del Congreso en su historia es porque los Demócratas no son lo suficientemente partidistas.

Otros, como el congresista Peter Hoeskstra, creen que los extremos son parte del problema, no la solución, en resolver problemas que requieren acercamientos prácticos, no debates ideológicos (GR Press 18/12/07). El cree que ambos partidos deben moverse hacia un “medio radical”) para comenzar a tratar con los problemas en este país. Sin embargo, dice más aún, cuando miembros de ambos partidos tratan de unirse para trabajar sobre los asuntos, entonces son castigados por los extremos de ambos partidos.

Todos hemos escuchado decir que la verdad siempre se encuentra en el medio. Esto puede que sea o no verdad, pero si una cosa es cierta, hay plena evidencia de cómo los extremos a menudo nos han llevado a tragedias históricas. Desde Rusia a España, y casi más recientemente en Venezuela, hasta en nuestra propia nación, las páginas de la historia humana están llenas de guerras civiles resultadas de la intransigencia, la intolerancia, el egoísmo y las guerras de propaganda de los extremos.

Reclamando cada cual una comprensión total y la única posible versión de la verdad o sola opción correcta en una situación de conflicto, los extremos a menudo ignoran, a veces intencionalmente, la posibilidad de un acuerdo práctico. Cada cual piensa que tiene un entendimiento radical de una situación, y un entendimiento de las raíces de un problema (verdadero sentido de la palabra radical), y por tanto una solución única. Sin embargo, la mayor parte de las veces están sencillamente plantados o mirando desde las ramas de su posición extrema y no desde el centro donde las raíces se encuentran verdaderamente.

Lo que el congresista Hoekstra llama “el medio radical” y yo he llamado el “centro radical”, no es y no debe ser un refugio para evadir tomar decisiones duras sobre cualquier asunto. No es tampoco una negociación sobre los principios sino una manera de enfocarnos en lo esencial y en lograr hacer las cosas.

Los extremos son minorías pero son ruidosos, vociferantes y valiosos en llamar la atención a los asuntos. Pero la mayoría de las veces se convierten inefectivamente en bloqueos de soluciones a los mismos problemas que desean resolver y por los que protestan tan voluminosamente. Los electores americanos necesitan apoyar a aquellos miembros de sus partidos quienes buscan, en lo mejor de las tradiciones cívicas americanas, encontrarse con otros en el medio. Aún cuando algunos, como el Sr. Krugman crean que “ese terreno medio no existe”.

En una diversa y pluralista sociedad como la nuestra, en medio de un mundo cada vez más encogiendo, debemos valorar y tener en mente la herencia de civismo de la Revolución Americana. El congresista Hoekstra ha expresado la misma frustración que casi todos los americanos sienten. Pero también ha propuesto un reto en medio de nuestro discurso cívico y político. Démosle una bienvenida.