Thursday, October 26, 2006
La pobreza es el opio de los políticos
Se reporta que el Gobernador de Puerto Rico el Hon. Aníbal Acevedo Vilá "rechazó vehementemente que la solución a la crisis que enfrenta el País sea eliminar la beneficencia pública." La respuesta del Gobernador fue en relación a un editorial del New York Times en el que, entre otras cosas, se menciona como la economía de PR sufre por culpa de medidas y programas económicos anticuados que no se ajustan a la economía global de hoy.
Pero entre los puntos sobresalientes del editorial son el llamado a reconsiderar en PR los programas que han creado dependencia social a programas de beneficios y dádivas por parte de buena parte de la población. Estos programas desde los cupones hasta otros programas de beneficencia pública tanto del gobierno local como federal, han creado en grandes sectores del pueblo una cultura política donde los políticos se han convertido en mayordomos en la gran hacienda que es el gobierno. Y han creado también una falta de conciencia de que el gobierno es el pueblo mismo y sus contribuciones.
Aunque las anécdotas son cuestiones personales y no data científica cualquier persona en PR puede contar lo mismo. No hace mucho me encontré con una jóven de veintidós años y tres hijos, cada uno de un padre distinto. Cuando le pregunté, ya que ella no trabaja, quien mantenía a sus hijos me respondió “el gobierno”. Al preguntarle quien o que era el gobierno no me supo responder. Sin embargo, sabía por que partido iba a votar. El mismo partido por el cual su familia y padres han siempre votado.
Pero el peor culpable según el New York Times es el sector público. El gobierno de Puerto Rico se ha convertido no en el mejor sector de servicio al público sino en una de las mayores fuentes de empleo, a veces por el beneficio mismo de otorgar empleos. Cuando el pueblo no ve la conexión directa entre el sudor de su frente y la función efectiva del gobierno es porque existe la creencia de que el gobierno es algo separado. Esa separación es una sostenida y alimentada por los políticos que viven del gobierno como de una carrera profesional.
Aunque la realidad descrita por el editorial pueda servir de carne de cañón para quienes abogan por la independencia y ven en ella la solución al problema económico y social, basta solo con mirar a países libres e independientes como Cuba y Venezuela junto con el resto de América Latina, donde el centralismo y el ahora llamado populismo viven de la pobreza, para darse cuenta de que algo muy asentado en nuestra cultura política latina se nutre de un sistema cultural tributario y de dependencia gubernamental. La demagogia es la droga de las masas y la pobreza es el opio de los políticos. O mejor dicho, "politiqueros".
Pero lo descrito por el New York Times no es un reto u ofensa como la percibe el gobernador. Es una realidad. Las formulas económicas del PR pasado ya no funcionan, entre ellas la creación de una cultura de dependencia. La búsqueda de nuevas alternativas es una amenaza para quienes han vivido de los pobres tanto desde la Fortaleza como desde el Capitolio.
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2 comments:
Alejandro,
que tal chico hace tiempo no te envio un comentario...tremendo articulo...te voy a incluir en mi facebook...
Buen Analisis...:-) Saludos..
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